miércoles, 17 de agosto de 2011

EL ÚLTIMO PARADERO



“No conozco nada más idiota que morir en un accidente de automóvil”.
Epitafio de Albert Camus, premio Nobel de Literatura, un día antes de morir en un absurdo choque de carros.

Velocidad y fama no siempre son buenas juntas. La lista de artistas y famosos que encontraron su final en las pistas es tan larga como una carretera sin retorno. Lady Di, James Dean, Jackson Pollock, Grace Kelly, F.W. Murnau, Albert Camus, entre otros, tuvieron trágicos finales.

Escribe: Alan Saavedra
(Publicado el feb/10, Revista Asia Sur N°73)

La escritura acelerada
La tarde del 4 de enero de 1960, cuando el novelista Albert Camus viajaba por la carretera nacional francesa rumbo a París, se escuchó una explosión con aroma a caucho. Luego, un estruendoso cruce de metales y maderas significó la muerte instantánea del autor de El Extranjero a los 47 años. Su amigo Michel Gallimard, quien conducía a gran velocidad, empotró su Facel Vega contra el único árbol en pie de toda la carretera. El encontronazo fue tan violento que el vehículo se partió en tres partes y Camus terminó en los asientos posteriores. Los primeros testigos del accidente vieron fijo el reloj del auto: se detuvo a la 1:45 pm, hora oficial del deceso de Albert Camus. Entre los restos se encontró el manuscrito inconcluso de El Primer Hombre, y en uno de los bolsillos del escritor se halló un billete de tren de regreso a París que había pensado usar antes de subir al bólido mortal de su amigo.

Rebelde hasta el final
James Dean, llamado a ser el sucesor de Marlon Brandon, era un amante de las carreras de autos. Alguna vez compró un Porsche Spyder 550, al que bautizó como “The little bastard”. Sin embargo, a este legendario rebelde le prohibían correr mientras filmaba. Por eso, tan pronto terminó de grabar la película Gigante, decidió ir a competir cerca de San Francisco. Pensó llevar su descapotable plateado sobre un trailer, pero se decidió por conducirlo unos kilómetros, como quien lo prueba. Dean manejaba a una velocidad moderada cuando reparó que un Ford Custom Tudor venía embalado, como un rebelde sin causa, hacia él. Se demoró en reaccionar, tal vez confundido por su miopía, y el Ford se incrustó en la parte delantera lateral del Porsche, acabando con la vida del engreído de Hollywood a sus cortos 24 años. Irónicamente, un par de semanas antes del accidente, James Dean filmó un anuncio publicitario en el que advertía a los jóvenes sobre conducir con prudencia.

La carretera profunda
Para Linda Lovelace, esforzada protagonista de la mítica película Garganta Profunda, el accidente que sufrió a los 20 años fue el primero de una seguidilla de infortunios. Aunque esquivó la muerte, su convalecencia quebró los sueños de convertirse en fotógrafa. Sin embargo, conoció a Chuck Traynor, la mano que la condujo hacia el reino del XXX como actriz de filmes de bajo presupuesto y harto jadeo. Llegó Garganta Profunda y Linda Lovelace habitó las mentes afiebradas de toda una generación. Los créditos iniciales de la película la muestran conduciendo un bólido, con delicada prudencia, rumbo a casa: una broma cruel de lo que le aguardaba. Un accidente de tráfico en Denver, en el año 2002, acabó con la vida de la úvula más famosa del planeta.

Expresionismo en la pista
Jackson Pollock, pintor e icono de una tradición artística en el siglo XX norteamericano, vivió bajo el gobierno del alcohol. Jack the Dripper, apodo que rinde tributo a su peculiar manera de pintar, pudo derrotar por un par de años a sus demonios líquidos. En esa época de sobriedad, los almanaques marcaban 1947, Pollock evolucionó en su línea como artista hacia el expresionismo abstracto, popularizando el Action Painting o Dripping. Se trataba de una técnica en la que se vertía, derramaba, lanzaba o goteaba pintura sobre lienzos sin tensar. Sin embargo, el 11 de agosto de 1956 el tormento del artista llegó a su paradero final cuando estrelló su auto a una milla de su casa en Springs (Long Island). El licor fue su copiloto.

Muerte metálica
Amanecer del 27 de septiembre de 1986. Un helado chillido de llantas despertó a los integrantes de la banda Metallica. El autobús en el que se dirigían a Copenague empezó a patinar fuera de control y luego se empezó a rodar. En medio de la confusión, el vocalista James Hetfield reconoce un par de piernas. Eran de Cliff Burton, el bajista de pantalones acampanados. A sus 24 años, Cliff había contribuido con el sonido furibundo que hizo de Metallica una de las más populares bandas de metal. En la noche previa todos querían la litera del guitarrista Kirk Hammet, así que una ronda de cartas decidió la suerte de Burton, quien ganó el derecho a dormir en el mejor lugar. Esa madrugada salió expulsado por una ventana.


lunes, 15 de agosto de 2011

AMOR ALTAMENTE TÓXICO

Paranoica, pasivo-agresiva, narcisista, obsesiva, histriónica, esquizoide, antisocial y limítrofe: son ocho los tipos de personalidad patológica que el psicoterapeuta Walter Riso tomó en cuenta para escribir su libro "Amores altamente peligrosos" (Ed. Norma, 2008) y ocho los años que demoró en editar sus experiencias como terapeuta. "Empecé a ver que había ciertas propuestas afectivas que eran bastante enfermizas y que generaban en la gente mucho sufrimiento. Lo que motivó el libro fue alertar a la población de este problema de salud pública", explica el autor. Y no exagera: él asegura que al menos el 15% de la población se halla inmersa en una relación tóxica, donde los valores básicos para cualquier relación saludable (sencillez, confianza, asertividad, humildad, flexibilidad, respeto, empatía y autoconocimiento) no están presentes.

Escribe: Alan Saavedra
(Publicado el 08/11/08, Revista Wapa, La República)

Sin embargo, ¿por qué estos amores muchas veces nos son tan atractivos? El Dr. Riso afirma a que debe ser por que también en nosotros hay algo que no está funcionando bien. ¿Pero acaso estos amores pueden cambiar? Ninguna de estas personalidades va a cambiar mucho si no reciben ayuda médica, afirma el doctor. Él asegura que el libro es para que las personas que sufren este tipo de relaciones enfermizas (el 15% de la población) puedan un poco abrir los ojos, piensen en el tipo de relación que llevan y busquen la manera de liberarse. "Busco crear un espacio de reflexión frente al amor y a las relaciones interpersonales con una actitud más realista".

Basándonos en su libro, así como en sus propias palabras, mostraremos a grandes rasgos como es cada una de estas personalidades, para que de esa forma pueda detectar y prevenirse de estos amores tóxicos:

1]LOS REYES DEL DRAMA
Te dijo "nunca había conocido a alguien como tú" apenas te conoció, cada vez que salen se pone microfalda y se sube a bailar sobre la mesa para que todos la miren, te conquistó con acercamientos calentadores, preguntas directas y halagos. ¿Te suena familiar? ¡Ten cuidado! Lo más probable es que te hayas topado con un amor hostigante (histriónico).
Estos amores se caracterizan por tener una emotividad generalizada y excesiva, tienen una necesidad extrema de ser reconocidos y por eso confunden el amor con la seducción. Hasta hace unos años, había más mujeres que hombres dentro de este grupo, pero las proporciones se han igualado gracias a la reciente tendencia metrosexual.
El problema cuando te mezclas con una de estas personas es que tu vida debe girar en torno a ellas, pues no conciben pasarla bien si no están contigo. Se enojan si te diviertes más con tus amigos que con él (o ella), y si por casualidad te quedas en silencio por unos segundos te bombardean con preguntas tipo "¿en qué piensas?" o "¿porqué no me cuentas?". Tienden a frustrarse muy rápido si las cosas no son como ellos quieren, al punto de hacer rabietas, y si te peleas con ellos, la culpa SIEMPRE va a ser tuya. ¿Su meta final? Ser una prolongación de tu ser para penetrar en tu mente y saber cuánto te importa. Ellos viven una profunda insatisfacción afectiva, y no porque tu amor no les alcance… sino porque ninguno lo hará.

2]AGENTE CIA
Si estás orgullosa de que tu enamorado te cele tanto "porque te adora", mejor presta atención: puede que hayas caído en las redes de un amor desconfiado (paranoico). Te vigila y controla permanentemente porque piensa que lo vas a engañar. Cada cierto tiempo te pide (o simplemente coge) tu celular para examinar detalladamente los mensajes, contactos y llamadas que tienes, se pasa toda la noche chequeando cómo te comportas con el sexo opuesto en busca de un coqueteo traicionero y, ante el mínimo indicio de infidelidad, te pedirá mil explicaciones porque siempre encontrará "vacíos" en tu historia.
Estos amores pueden ser muy amables y cariñosos, pero cuando están con los efectos de la paranoia se vuelven irracionalmente suspicaces y obligan constantemente a demostrar lealtad. Tienden a interrogarte constantemente sobre tus amores pasados y es tal el acoso que puedes llegar a sentirte culpable por tu "oscuro" pasado. Quieren ser el único hombre de tu vida, sin embargo, ellos no se entregan por completo: eso implicaría un acto de traición consigo mismos. ¿Su estrategia preferida? La emboscada: ellos prefieren el engaño consumado a la incertidumbre cotidiana.

3]CAMARADA SABOTAJE
Si sientes que tu pareja está saboteando la relación, porque a veces es súper tierno pero al minuto siguiente te ignora por completo, quizás ya te hayas involucrado en un amor subversivo (pasivo-agresivo). Estas personas se debaten en una ambivalencia interpersonal: necesitan tener una figura de autoridad-protección ya que se sienten débiles, pero al mismo tiempo necesitan sentirse libres de cualquier tipo de control. Es la típica persona que te hace esperar horas sin sentir remordimiento alguno, que tiende a llevar siempre la contra e impone su punto de vista en un tono siempre muy amable. Si uno quiere alejarse, de inmediato aparece para reconquistarnos. Pero cuando volvemos a mostrar interés, inmediatamente se hacen humo.
Estar en una de estas relaciones es vivir un constante tira y afloja: los pasivo-agresivos son maestros en desanimar a los demás y llevarlos al límite de la desesperación. Con ellos se vive un amor resentido y dependiente a la vez. Son terroristas emocionales: ven el amor como un mal necesario que hay que torpedear, pero no eliminar.

4]DIOSES
Si ves que tu media naranja se viste con las mejores marcas, pero para tu cumpleaños te regala un polo de Polvos Azules, ¡alerta!, puede ser que te hayas conseguido un amor egoísta (narcisista). Fundamentalmente son hombres, aunque desde que las mujeres han llegado a cargos poderosos su número va en aumento. Son las parejas que se consideran a sí mismas especiales, únicas y grandiosas… mientras perciben al resto como inferiores. Si van a una reunión, tratarán de que la conversación se canalice hacía su historia y sus logros, y sea cual sea el tema nunca dirán "no sé" (lo peor para ellos es hacer el ridículo en público), mientras exhiben con desfachatez cualquier cosa que demuestre su "categoría". Para estas joyitas el fin justifica los medios, siendo ellos mismos el fin, y los medios, los demás; prefieren el aplauso a la caricia y odian a los asertivos, porque dicen honestamente lo que piensan y no se dejan manipular.
Al principio el brillo narcisista te puede deslumbrar pero después de seguro que te enceguece. Corre mientras puedas, porque estos destilados de egocentrismo viven enamorados solo de sí mismos. Cuanto más los ames, más alimentarás su sentimiento de grandiosidad y más se alejará de ti. ¿Crees que te escucha? Si le vuelves a comentar algo, es probable que ni se acuerde de que ya se lo has dicho. Y no por falta de memoria, sino porque la que está hablando eres tú… y no él.

5]SEÑOR ROBOT
Si tu pareja suele decirte que te equivocas demasiado, y te sientes una inútil a su lado, ¡escapa! Has sido engatusada por el amor perfeccionista (obsesivo). En su mayoría son hombres que tienden a controlar, organizar, establecer reglas, ordenar y sistematizar todo a su paso, abrazos y besos incluidos. Es como tener una relación basada en un manual claramente especificado. No expresan sus emociones y aunque tengan una persona extraordinaria al lado, siempre le encontrarán algún defecto.
El problema de estos hombres llenos de virtudes aparentemente apetecibles es que tienden a caer en la exageración y transforman esas características en antivalores. La sociedad admira a estos entes por su disciplina, su respeto a la autoridad y su ilimitada capacidad de trabajo. Sin embargo, tienen serias dificultades para tomar decisiones y establecer prioridades y por ello no llegan a altos mandos. Uno de sus principales miedos es que dejen de ejercer el control mental sobre sus emociones. Esa rigidez emocional también se mostrará en el lado sexual: la incomodidad que les provocan las emociones les prohíbe desinhibirse y llegar a un adecuado clímax.

6]BAD BOYS
Si los típicos "chicos malos" te parecen irresistibles, presta mucha atención: podrías terminar viviendo un amor violento (antisocial). Los antisociales son especialmente encantadores y seductores durante la conquista, pero rápidamente muestran su peor cara. Extremadamente impulsivos e irresponsables, estos fanfarrones temerarios son en su mayoría hombres que buscan la destrucción interpersonal. Ellos cosifican a los demás, no importa cuánto amor juren: convierten a las parejas en objetos de uso múltiple y se desprenden de cualquier responsabilidad. Su egocentrismo no es una búsqueda de halagos como del narcisista sino que en su cabeza solo existe el yo para enfrentar la vida. Al resto lo cuelga de un llavero porque son "prescindibles".
Es el típico pata que se pelea porque piropean a su enamorada, pero no para defenderla, sino porque están tocado "su propiedad". Aunque son impulsivos, también son manipuladores y alevosos, de ahí que pueden llegar a la agresión física y después hipócritamente suplicar por perdón. En algunos casos extremos amenazan con matar o matarse si los dejan.
En determinados grupos (de extracción social alta y baja por igual), son los más apetecidos por el sexo opuesto ya que tienen mayores posibilidades de sobrevivir. Si adopta una presentación más elegante, la dureza física se reemplaza por la dureza en los negocios. Llevan una vida al límite, toman lo que quieren sin consideración alguna y nunca aceptan un no como respuesta… ¿Lo peor? Tratarán a toda costa de que te vuelvas su cómplice.

7]EL ERMITAÑO
Si en la relación siempre eres tú quien toma la iniciativa por la dejadez de tu pareja, ¡escucha! Seguro debes estar con un amor indiferente (esquizoide). En su mayoría son hombres los que padecen este vacío afectivo, ermitaños del amor que se desentienden del factor humano y adoptan la eterna soltería. Así tengan años contigo tendrán terror al compromiso y pueden llegar a encontrar en la masturbación y el cibersexo alternativas para evitar los arrumacos postcoito. Si te juntas con uno vas a tener lo más parecido a un zombi: para ellos, estar enamorados es un quiste al cual hay que extirpar de raíz.
Sentirás que debes tomar la iniciativa en todo porque simplemente a estos inexpresivos les dará lo mismo. Se sienten cómodos teniendo a alguien que les preste soporte social, pero guardando su distancia. Muchas de sus víctimas se conforman con merodear los extramuros afectivos tratando de hallar una puerta de entrada que no existe. Es más, cuanto más amor le entregues al esquizoide, más te hundirás en la soledad porque más se alejará de ti. Para conquistar son respetuosos y algo misteriosos, por eso las víctimas los quieren conocer más en profundidad y descifrarlos. Lo que lo hace de ellos una amenaza pública es justamente que sus defectos surgen solo cuando el virus del amor se dispara: solo estando enamorados pueden sentir a plenitud el rechazo y la frialdad de este ermitaño. Una cruel paradoja.

8]SUPERNOVA
Si todo el día tu pareja te dice que te ama, después que te odia y luego nuevamente que te ama, quizás ya estés en un amor caótico (limítrofe). Esta inestabilidad ocurre con más frecuencia en las mujeres. Ellas se vuelven caprichosas, inseguras, autodestructivas y con tendencia a crear adicciones. Sufren de ataques de ira, de altibajos. Son las típicas chicas que de un momento a otro rompen contigo, pasan unos minutos, te llama para pedir disculpas, y luego te vuelve a llamar para decir lo rata y malagradecido que eres. Todo un caos, ya que es tierna por momentos y después se pone violenta y a veces ¡todo al mismo tiempo! Es un amor de alto riesgo, impredecible y sorprendente que te hace sentirte incapaz o ignorante. Hoy te querrán con locura y mañana ni voltearán a mirarte; hoy compartirá contigo sus proyectos de vida y mañana ninguno.
Nos enganchamos por un espíritu masoquista y porque las limítrofes pueden ser atractivas cuando su personalidad está estable, ya que despliegan buen humor, inteligencia y liberalidad. Buscan sexo, experiencias fuertes y compañeros que le sigan la corriente. Estarán ante una mezcla de seducción, extravagancia, emoción desbordada y una sinceridad que sin duda te impactará. Se muestran abnegadas y sacrificadas, pero en realidad quieren proteger una separación: lo cierto es que les tienen pánico a la soledad y al abandono.

sábado, 13 de agosto de 2011

EL CAMINO DE JIMENA

"La frente más bonita de Lima". Así fue inmortalizada a sus 20 años por un sujeto raro que usaba lentes con montura roja y de nombre Luis Felipe Cueto. Recuerda que conoció al fotógrafo en una etapa de tiempos libres, cuando solía hacer sus rutillas culturales por El Cinematógrafo y La Noche de Barranco. Y es que ella es como dice el encabezado de su blog "…impredecible, sincera, sorprendente, inteligente, sensual, cariñosa, generosa, buena, deliciosa, hembra, blancanieves, guapa, china, mona, dulce, sabrosa, genial, talentosa…". En menos de un mes va a cumplir 32 y, aunque quiere dejar el cigarro, se fuma más de media cajetilla al día. Cinco puchos los reserva para Priscilla Ceiling, su personaje en la obra "En Casa/En Kabul", una mujer valiente pero con muchos episodios depresivos en su pasado, quien necesita tener una certeza en su vida y que ante la noticia de la muerte de su madre sale de Londres rumbo a Kabul (capital de Afganistán) para buscar su cuerpo y descubrir qué ha pasado en verdad.

Escribe: Alan Saavedra
Fotografía: Christian Salazar
(Publicado el 15/11/08, Revista Wapa, La República)

–¿Sientes que Priscilla tiene algo de ti?
–Yo también busco desesperadamente la calma (risas). La verdad es que me atemoricé al inicio porque es una de las pocas veces en las que leo un personaje y lo entiendo desde la primera lectura. Definitivamente una de las cosas que más me costaron trabajar fue la impulsividad y la violencia que tiene el personaje. Yo también las tengo, pero dormidas porque no son una buena actitud para vivir en el mundo. Aunque para la obra he tenido nuevamente que usarlas un poco.
–¿Cómo afrontas esa violencia interna del personaje?
–Mi maestra, Pilar Núñez, me dijo algo muy cierto: "El teatro te va a proteger". En el teatro puedo sacar todos los impulsos salvajes que tengo y que no son para la vida cotidiana, lo cual es liberador. En las escenas muy fuertes, como en la que Javier Valdez me dice cosas terribles, salgo muy removida, con el cuerpo tembloroso y sigo llorando un rato hasta que tengo que entrar a otra escena. Lo bueno es que siempre hay un compañero tras bastidores que me abraza. Eso es lo maravilloso del teatro, me encanta.
–Al terminar la función, ¿qué haces para salir del personaje y de su carga emocional?
–Hay funciones en las que salgo y todavía no entiendo muy bien dónde estoy. Eso me pasó en el estreno. Me demoré varias horas en recuperarme. Tuve que mirarme al espejo durante buen rato y respirar. Nunca me había pasado algo así, me pareció curioso. Normalmente, lo primero que hago al acabar es fumar un cigarro con Gabriela (Velásquez) y Norma (Martínez), mis compañeras de camarín, reírnos y ya está. Norma es extraordinaria y es una de mis maestras. Me gusta tenerla como imagen. Somos muy amigas.
–¿Y cómo reacciona el público?
–Creo que cuando estás tan concentrada en sacar adelante el montaje pierdes la noción de lo fuerte que es la obra. Volvimos a tomar conciencia de eso en el estreno, al ver cómo la gente salía absolutamente conmovida. La obra es fuerte porque son cosas que suceden en el mundo. Es una obra que genera un movimiento, un cambio o por lo menos una conversación de dos horas con su cafecito. Felizmente, porque yo soy una convencida de que el teatro es para remecerte un poco.
MISMA YO
–¿En qué momento supiste que querías ser actriz?
–En realidad desde chibola. Cuando veía las películas y había un personaje de niña siempre fantaseaba que era yo. Estuve en el ballet desde los cinco años hasta los dieciséis. Así que de alguna manera siempre estuve en las tablas porque hacíamos presentaciones en los teatros. A los trece años entré a la escuela de teatro de mi colegio, el Humboldt. Mi maestra fue Isabel Jiménez de Cisneros. En realidad me metí al teatro y de ahí no salí nunca más.
–Sin embargo, al acabar el colegio estudiaste otra profesión.
–Sí. Estudié Asistencia de Aegocios y en las tardes ensayaba en el colegio. Mi papá me obligó a entrar porque no le gustaba la idea de que sea actriz. De hecho creo que hasta ahora no le gusta. Por eso me pidió que estudiara aunque sea una carrera técnica de dos años y después hiciera de mi vida lo que me diera la gana. Yo lo entiendo. Estudié un año, el segundo año estudié y practiqué. Apenas terminé me fui a trabajar con Michel Gómez en "Tribus de la calle".
–De ahí trabajaste en varias novelas, series y películas. ¿Sientes que te identificaron con el personaje de chica mala?
–Nunca me he sentido identificada con nada. Definitivamente me gusta hacer de todo un poco. De eso se trata la actuación. Probar y siempre poner en riesgo tus propios límites. Enfrentarte a personajes que no conoces y que nunca te hubieras imaginado que existen. Creo que de eso se trata nuestro trabajo. Tan complejo, tan divertido y tan sanador a la vez.
–Supe que también estudiaste Filosofía. ¿Eres una persona que reflexiona, que se reinventa?
–Sí. Quiero ser como Madonna que se reinventa cada día (risas). De hecho, creo que era Sócrates quien decía que "una vida sin examen no merece la pena ser vivida". Me parece un poco duro, pero siempre estoy examinando los trabajos que escojo, mis momentos emocionales, mis parejas y hacía dónde voy. Me siento muy responsable de mi vida y de lo que hago de ella. Aunque a veces he pasado meses como llevada por el viento, hasta que me preocupo y digo "¡a ver!".
–Esas reflexiones también las has plasmado en tu blog. ¿Cómo así entraste a la web?
–Escribo muchos diarios con este rollo de la revisión de tus acciones, y un día un amigo me dijo que cualquiera podía tener un blog. Creé uno y después de un tiempo, con mucha timidez, empecé a escribir. Eso fue en junio del año pasado. Antes lo conocían solo algunos amigos, pero ahora se ha hecho más popular. Hay gente que me dice cosas maravillosas y hay un par que se mete solo a insultar. Ese es el costo de que sea expuesto y me parece válido también.
–¿Has pensado en escribir un largometraje y dirigirlo tú?
–¡Asu madre, qué bonito! Es una idea tan linda… Pero, ¡cuántos años de terapia para hacer eso! Ese sí sería el sueño máximo de mi vida, sería hermoso.
–Y cuando revisas lo que has escrito hace un tiempo, ¿te sorprendes de lo que lees?
–Me ha pasado mucho que he revisado un diario de hace cinco años y he dicho "uy, qué aburrido" o "¡wow!, en eso estaba". En estos últimos diez años hay una constante en todo lo que he sentido y escrito. Pero creo que poco antes de cumplir los treinta entré a otra etapa. Aunque no sé qué se me venga porque la necesidad de calma todavía sigue.
–¿Esa necesidad de calma te llevó a emigrar por cinco años a Europa?
–En esa época (24) trabajaba muchísimo y tenía dinero. Mi pareja, un pintor con quien vivía, se ganó una beca y, como yo soñaba con ir a Europa, fue el momento preciso, porque tampoco me quería quedar sin él. Además necesitaba airearme de la actuación y probar otras cosas. Allá estudié Fotografía, iba a museos y viajaba. Luego, se empezó a acabar la plata y tuve que trabajar. Pero, ¿de qué? En España hay cien millones de actores, así como las típicas argollas. No supe cómo hacerlo.
–¿Y qué hiciste para mantenerte?
–Empecé a hacer comerciales de televisión, lo que me salvó la vida un par de años. Después me mudé a Madrid y ahí la cosa se puso más dura. Llegué a trabajar, como todos, de camarera, de modelo, de lo que sea. Hasta que regresé para promocionar la película "La prueba", de Judith Vélez, y consideré que ya había cumplido mi ciclo allá.
–Actualmente, ¿prefieres el cine, la televisión o el teatro?
–Definitivamente, el teatro y el cine. Eso lo tengo clarísimo. La conducción por otro lado es algo a lo que estoy regresando y me parece también bonito.
–¿Cómo te va en "Mesa de noche", el programa que conduces junto a Renzo Schuller y Denise Arregui?
–Lo único que queremos es informar y hacer que la gente la pase bien. Creo que hicieron un buen casting. Renzo es el más bromista, Denise es la que nos hace el pare y yo soy un poco el término medio. Intento brindar datos que mucha gente no conoce y que me parecen interesantes. No solo dar información plana. Justo una señora se me acercó y me dijo "me encanta tu programa, me voy a dormir tranquila", y eso es lo que queremos al final: que la gente se quede jato en buena onda.
–Y con respecto a la actuación ¿qué se viene para Jimena Lindo?
–Ya tengo cerrado el próximo año, casi hasta el 2010. En los primeros meses voy a hacer la serie "Rita y yo y mi otro yo". Después voy a hacer una nueva performance con Guillermo Castrillón, con quien hice "Escrito por una gallina", que fue una creación colectiva en la que hago un desnudo y que acabamos de volverla a presentar el miércoles pasado en el marco del Festival de Teatro y Danza Contemporánea: Diálogos Lima. Luego, en abril, empiezo a ensayar con Alberto Isola para otra obra, y a fin de año voy a hacer "Las brujas de Salem", bajo la dirección de Juan Carlos Fischer.

FINA ESTAMPA

Pudo haber sido una jockey perfecta, tanto por su estatura como por los 46 kilos que ha ostentado siempre. Cecilia no es muy amante del deporte, pero recuerda con orgullo su adolescencia, cuando en la playa con una paleta destrozaba a todos los grandazos de su patota de Magdalena. Su casa es igual de pequeña y acogedora que ella. En su estante se puede apreciar su gusto por las novelas de García Márquez, Vargas Llosa y Oriana Falacci, así como por la poesía de Borges y Neruda. La menuda cantante que siempre cierra los ojos al cantar, y a la que le dan miedo las cirugías, se jacta de poseer piezas de Nicomedes Santa Cruz que muchos coleccionistas quisieran tener. Además admite que los tres pilares de su carrera fueron Alicia Maguiña, Chabuca Granda y Victoria Santa Cruz. Cuando la visitamos aún estaban los vestigios de los arreglos florales que mostraban el cariño que se ha ganado durante sus 37 años de carrera como artista.

Escribe: Alan Saavedra
Foto: Christian Salazar
(Publicada el 28-10-08, Revista Wapa-La República)

–¿Cómo te sentiste al regresar a la televisión?
–Feliz. Creo que finalmente se solucionó esto porque tenía que solucionarse. Sé que hay un problema presupuestal, pero no me parecía correcto que me dijeran que salga yo sola a presentar refritos. Más aún cuando "Lo Nuestro con Cecilia Barraza" era un proyecto en el que intervenía mucha gente y así se conversó desde el inicio. Por eso, por lo menos, se debía cumplir mi contrato tal y como era hasta fin de año. Yo soy una mujer que no se aferra a las cosas y que ha cumplido ciclos. Por ejemplo, cumplí un ciclo con "Mediodía Criollo", que fueron cinco años, y este con "Lo Nuestro" también se cerrará en algún momento, pero no abruptamente.
–Tuviste un apoyo masivo, incluso de parte del gobierno...
–¡Claro! Era contradictorio tener un presidente que se jacta de su criollismo y que el canal del Estado quitara del aire un programa como el mío. Creo que por eso intervino el ex premier. Al enterarse de la situación me llamó y nos encontramos para almorzar. Me dijo que le gustaba mi conducción y que tenía que recuperarme, lo que me dio risa. No por burla, sino porque cómo le dije, no era recuperar un nombre, sino un programa en el que mostramos todo lo que nos identifica como peruanos. Y en cuanto al apoyo de la gente, para mí fue ya no ya. Es que a veces uno no sabe qué tan presente o qué tanto cariño te puede tener la gente hasta que pasa una cosa así. Esto sirvió para darme cuenta de que en todos estos años me he ganado el respeto y el cariño del público. Eso es lo más importante y, si eso va unido al aplauso, en buena hora.
–¿Y cómo quedó tu relación con TV Perú?
–Bien, porque se superó este impasse. Mi contrato sigue hasta fin de año y parece que hay interés en me quede, aunque lo voy a evaluar porque quiero ver algunas propuestas por otro ladito. Por ahora estoy con el programa que es muy trabajoso por lo ambicioso que es. Con "Lo Nuestro" siento que abrí el abanico para las distintas expresiones culturales que hay en todo el Perú. Por eso lo hacemos en el teatro La Cabaña que es más grande y se presta para interactuar con el público que para mí es básico. Lo que yo quiero es que no haya una barrera entre el público y los artistas, como una gran fiesta de peruanidad. Y las fiestas no pueden ser repetidas, tienen que ser en vivo.
YO TE DESCUBRÍ
–Tú empezaste en "Trampolín a la Fama", en 1971. ¿Cómo así llegaste ahí?
–Yo recién terminaba la secundaria y un día mi hermano Miguel, que trabajaba en La Peña Ferrando, llevó a almorzar a Chicho a la casa. Los Ferrando vivían a dos cuadras de nosotros. Mientras hacíamos sobremesa, Miguel me dijo que cantara. No recuerdo qué canté, pero Chicho le dijo a Miguel "tu hermana canta bien, tiene que ir adonde mi papá". Solo de escucharlos me puse nerviosa, porque yo solo cantaba en familia. Al final mi hermano me convenció y fui. Entonces el que me descubrió no fue Ferrando, sino su hijo (risas).
–Ahí ganaste un concurso de canto...
–Sí, aunque poca gente sabe que, en realidad, empaté en el primer puesto con un señor del Callao que cantaba boleros con una voz muy parecida a la de Lucho Barrios. Ese concurso duró un año, y la final la vio Chabuca Granda, quien era de ver mucha televisión. En ese momento llamó al canal y dijo que aunque no era parte del jurado me daba su voto. Luego cuando fui a firmar mi contrato con Panamericana, que era uno de los premios, vi a Chabuca Granda en una de las oficinas. Ambas nos quedamos viéndonos. Yo le dije "¡usted es la señora Chabuca Granda!", y ella me dijo "¡y tú eres la chiquita que cantó en Trampolín y por la que yo voté!". Me hizo entrar y me pidió que la acompañe a México para cantar en el Teatro de Bellas Artes.
–Fue un inicio meteórico que cambió toda tu vida.
–Claro. Chabuca era una mujer de una generosidad increíble. El hecho de compartir el escenario con una chica que recién empieza y llevársela de gira… Ella fue quien me dio el espaldarazo y cambió mi vida. En ese momento yo recién había entrado a una academia preuniversitaria para postular a la Católica y ser asistenta social. Entonces vino lo del viaje y la dejé. Cuando volví, trabajé en dos programas de Panamericana. Ese año la disquera Gemsa y Sono Radio me llamaron para contratarme como la nueva figura de la música criolla. Luego grabé el "Toro Mata" que descubrí en México con Victoria Santa Cruz y Perú Negro. La canción es un landó, un sonido totalmente diferente, lo que llamó más la atención y se convirtió en un boom con el que hasta hoy se me liga.
EL CLAN BARRAZA
–¿Y cómo es la relación con tus hermanos Carlos y Miguel?
–Tenemos una buena relación. Carlos es el mayor y abogado de la San Marcos. Le sigue Miguel, a quien todo el mundo conoce. Él ingreso a la Católica a estudiar periodismo, tres meses nomás duró (risas). Es que en la Peña Ferrando ya ganaba su dinero. Siempre tratamos de hablar seguido por teléfono o nos encontramos con mi mamá Julia, mucho más ahora que ha quedado viuda. Mi papá Carlos murió hace tres meses y medio. Le he llorado mucho… Justamente hace poco en un homenaje que me hicieron en la Estación de Barranco nos encontramos en un escenario para cantar. Mi mamá que tiene 84 años subió y bailó con nosotros. Me moriría si estuviera peleada con ellos. Por supuesto que hemos discutido, ¡somos Barrazas y tenemos el fosforito ahí! Pero a las dos horas nos sentimos pésimo y nos llamamos.
–¿Y con tus sobrinos artistas?
–Me alegra mucho cuando veo actuar a Carlos "Tomatito", se llama igual que su padre, pero se parece a su tío en cuanto a lo movido. Admira mucho a su tío. El que salió cantante fue José María, que es hijo del segundo compromiso de Miguel. Bueno, Miguel ha tenido tantos hijos... ha jugado en varias canchas (risas). Con ellos y mis hermanos compartimos escenario cuando hicimos la segunda parte de "El Clan Barraza". Miguel hacía la parte de comicidad, Carlos –mi hermano– recitaba y yo hacía la parte musical. Todos son como si fueran mis hijos porque yo no los he tenido, sólo tengo a mi perrito Felipe que me acompaña ahora.
–¿Cómo te ha ido en el aspecto amoroso?
–Me casé tarde, a los 32 años, porque ¡para qué!, he gozado bien la vida. El que fue mi primer esposo, Julio, es ingeniero agrónomo de la Universidad Agraria y nos casamos en Cochabamba porque es boliviano. Estuve solo dos años con él. Luego me quedé a vivir dos años más por esas tierras, donde conocí a mi segundo esposo, Germán, quien era un actor boliviano y ha sido uno de los hombres que más he amado. Salí embarazada de él, pero perdí al bebito y después ya no quise. Estuvimos juntos por casi trece años hasta que murió. Y bueno, hace pocos meses me he separado de Lesther, con quien he estado los últimos siete años. Es un venezolano a quien le llevo 18 años, lo conocí durante "Tres mujeres para el Show" y aún seguimos viéndonos porque es mi mánager. Oye, bien peruana que soy con toda mi música y con los hombres nada que ver (risas).
–El Día de la Canción Criolla se acerca ¿Qué reflexión tienes con respecto a los que prefieren Halloween?
–Nosotros somos un país dependiente en todo sentido, y la cultura foránea nos bombardea. ¡Olvídate! Es verdad que por un lado me parece bien escuchar diversas canciones, a mí me encantan los Beatles, Héctor Lavoe, Celia Cruz, Benny Moré y El Trío Matamoros con sus "Lagrimas negras", que era la canción preferida de mi papá; pero, por otro lado, me parece justo y equitativo que la música peruana tenga un espacio en el gusto de los peruanos. Uno debe amarla y a partir de eso vas a ver cómo la gente la respeta y se siente orgulloso. Los chicos deberían por lo menos conocer lo nuestro, que les guste o no es otra cosa.
–Después de 37 años alegrando al Perú, ¿qué se viene para Cecilia Barraza?
–Quiero grabar una serie de discos de compositores completos, algo así como "Cecilia Barraza canta Alicia Maguiña" o canta Chabuca Granda o Victoria Santa Cruz. Es como para darme ese gusto. Además, estoy armando un programa tipo talk show, pero musical y que pueda dar la posta a jóvenes intérpretes. Hablar sobre la música peruana que es lo mío, pero matizado con la conversación y en otro horario que no sea el mediodía. Quiero probar que tan buena entrevistadora puedo ser. No sé si me funcione, pero eso quiero. Es que yo soy muy inquieta, nunca quiero quedarme en una sola cosa. Me siento bien diciendo que el 5 de noviembre voy a cumplir 56 años, porque como Oscar Wilde decía: "La mujer que dice su edad es capaz de hacer todo".